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Un honor llegar a la Dirección de Filosofía: Javier Contreras

* Me llevaron entre las patas en los ataques contra Maru y Cruz

* Lectura constante, fórmula del éxito periodístico

* El director más longevo de El Heraldo

Por: Redacción 06 Agosto 2022 07 14

Una entrevista, una anécdota y un cuento

Por Manuel Serna Jasso

La entrevista:

¿Cuál es su nombre y su cargo?

Mi nombre es Javier Horacio Contreras Orozco y actualmente catedrático en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, de la cual también soy egresado.

Esta carrera de Filosofía no me atraía mucho, no había pensado estudiarla, pero cuando tuve la inquietud de aprender periodismo, un amigo me dijo que el camino hacia el trabajo periodístico, no era la ni la carrera de periodismo, ni la de comunicación, sino la licenciatura en Filosofía o en Letras.

Realmente estas dos profesiones nos dan la estructura más importante para llegar a ser periodistas y es verdad, porque los primeros no estudiaron periodismo, sino que su camino fue cultivar su acervo cultural.

Conocer el pensamiento universal de muchos escritores y filósofos, para desarrollar sus propias ideas y plasmar sus pensamientos.

¿Cuál era a final de cuentas el fondo o la clave?, pues cómo el tener un “recipiente”, llenarlo de conocimientos e ideas para usarlos al escribir.

Es el Principio del recipiente, ese que se llena primero con la lectura, después con una buena cultura general, conociendo los antecedentes de la humanidad, y luego el estudio de la lógica, pero no la del profe Enrique Pallares o la del profe Polito Baeza, que son grandes catedráticos en la materia, sino la lógica del sentido común.

El principio es tener las reglas de pensamiento claras para si uno quiere escribirlo, también lo pueda argumentar…

¿Cuál es su origen?

Mi familia es de origen rural, mis padres Alfonso Contreras y Palma Orozco, -ella tiene 97 años, con una lucidez mental extraordinaria, sin ninguna enfermedad más que el estrago natural de la edad-, entonces es la historia de mucha gente que vivió en el campo, en Miñaca, una vieja estación del Tren en el municipio de Guerrero, ahí se casaron y nacieron mis cinco hermanos mayores.

El mayor se llamaba Luis Alfonso, ya falleció, Mario Alberto que es pediatra, después Susana maestra jubilada, Jorge quien radica fuera de Chihuahua y Blanca Estela que vive en Ciudad Juárez.

En aquel tiempo cuando estaban en el pueblo, mis hermanos crecieron y después tuvieron la necesidad de estudiar, por lo que nuestros padres emigraron a esta capital donde buscaron primero casa, después trabajo y cómo acomodar a los hijos en las escuelas.

En ese tránsito mi mamá venía embarazada y cuando ya estaban asentados en esta capital nací, por eso les digo a todos que soy el único citadino de mis hermanos, pero todo es una historia que comienza con el esfuerzo de ellos, a mi papá lo respaldaron unas hermanas y mi abuela que ya estaban en Chihuahua.

Así se apoyaban en ese entonces, los que venían primero les abrían el camino a los que llegaban después hasta que finalmente nosotros quedamos asentados en Chihuahua.

Tengo tres hijos, el mayor tiene 36 años, se llama Adrián y es abogado, tiene más de 10 años como aspirante a notario y está trabajando con mi esposa que es Notaria Pública y se llama Mónica Esnayra, es titular de la Notaría # 21.

Desde chico dijo que quería ser licenciado en derecho y al estar cursando la carrera empezó en otra notaría a trabajar, terminó la carrera  y con toda la experiencia que llevaba acumulada presentó su examen.

Mi segundo hijo es Javier Horacio, también estudió leyes, tiene 26 años y está trabajando en la Notaría, finalmente está la menor que se llama Mónica, a ella si le dio por estudiar Comunicación y Redes Sociales, acaba de terminar su licenciatura y está trabajando en El Diario de Chihuahua.  

¿Dónde estudió?

Tengo muy grabado en mi infancia que desde chico me incliné hacia el tema de los libros, precisamente esas tías que nos ayudaron, hermanas de mi papá, me pedían que les hiciera muchos mandados, llevar a la abuela al mercado para cargar las bolsas, barría la banqueta o ayudaba a podar las rosas, no sé cómo aprendí, pero decían que tenía muy buena mano.

Recuerdo que había una librería por la calle Independencia,la Librería Alfa, que era de una señorita ya mayor, soltera, con muy fuerte carácter, tía del exgobernador Patricio Martínez y hermana de Don Bonifacio.

Me llamaban la atención los libros que se vendían, sobre todo el del Conde de Montecristo, me fijé cuanto costaba y me propuse ahorrar todo lo que me daban por los mandados y trabajos hasta que completé, lo leí con gran interés.

Asimismo comencé a escribir en un cuaderno ideas que se me ocurrían…

La primaria la hice en la Escuela Niños Héroes 318 que se encuentra en la 4ª y Ramírez, y la para la secundaria entre a la Estatal 5 que está enfrente, en la 4ª y Jiménez.

En esa zona que es el barrio de Santa Rosa, pasé mi primera infancia, hasta la adolescencia, la primaria y la secundaria, fue cuando empecé a tener contacto con lo que se denominaban vanguardias que en ese caso era un pequeño grupito, previo para entrar a la Acción Católica de la Juventud Mexicana, (ACJM).

Como que eran para reclutar a los niños y después se ingresaba si se quería a la ACJM, yo siempre lo he reconocido mi formación católica, fui monaguillo en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, con los jesuitas y después me invitaron al Templo de Santa Rosa de Lima.

Cuando estuve con los padres jesuitas, el padre Gutiérrez me dijo que lo más importante para el conocimiento era la estructura de la cultura general, que lo más sustancial era leer y me dio una lista para empezar, estaban recuerdo: La Odisea, La Ilíada y otros, me dieron norte para seguir buscando los ejemplares parte de mi biblioteca y de mi acervo cultural, si salía algún libro de actualidad me decía para que lo adquiriera.

Los Jesuitas siempre se han distinguido por su formación académica y con ellos encontré una guía para mis primeras lecturas.

La preparatoria la hice en la Universidad Autónoma de Chihuahua, me incliné por las humanidades, ya que pensaba estudiar Medicina o Derecho, Filosofía nunca lo contemplé.

Sin embargo desde la secundaria tuve la inquietud por el periodismo, de modo que cuando nos convocaron a integrarnos a algún club sabatino, como por ejemplo música, ajedrez, decidí promover uno de periodismo, así que pegué cartulinas y llegaron algunos aspirantes.

Cuando se dieron cuenta en la Dirección me dijeron que los maestros eran los encargados de los clubes y no los alumnos, así que al  otro sábado nos mandaron al profesor Jorge Tovar, que fue miembro del extinto Partido Popular Socialista, PPS.

Cómo de esa forma ya no me gustó, lo dejé, pero seguí con la espinita y cuando llegué a la prepa de la UACH, busque a la directora de la Secundaria 5, Esther Gardea Moreno, para que me recomendaría con alguien de El Heraldo y le habló a un licenciado Miller, José Refugio.

Luego de hablar con el abogado, me dijo que todo estaba listo para que fuera a El Heraldo con un señor Jesús, de apellido Berumen, llegué y le hice saber mi intención de aprender periodismo.

Me cuestionó sobre lo que hacía y al contestarle que era universitario y que quería aprender, me dijo, ¡nooo, olvídate!, ésto no es para los universitarios y me sacó del edificio, me subió a un camión urbano mientra me repetía que para aprender no hacía falta estudio.

Llegamos a la Plaza de Armas, el miércoles del Comité de Defensa Popular, CDP, cuando bajaban todos los colonos en manifestaciones para pedir i o servicios públicos.

Al llegar a donde estaba la gente nos encontramos a un reportero del Periódico Norte de Chihuahua, era Napoleón Hernández, papá de Pepe Hernández, y le dijo, ¡Mira, él quiere aprender a ser reportero en El Heraldo, pero ahí como que no!, ¿por qué no le enseñas tú?, dijo sí cómo no, ¡vengase, claro que sí, te espero mañana!

Ahí realmente empecé a aprender periodismo, con Napoleón, recuerdo que me dijo, mira, -y ese fue el mejor consejo-, “sí realmente quieres estudiar periodismo, estudia Filosofía, estudia Letras, estas carreras te darán las mejores armas para escribir, porque tienes que leer mucho”.

Con todos los argumentos que me dio me convenció y entré a Filosofía, entonces ya mi plan de que si medicina o derecho terminó.

Me fuí directamente a lo que fue la mejor carrera que pude haber elegido ya con la idea de dedicarme al periodismo.

Para ese entonces ya nos habíamos conocido Carlos Mario Armendáriz, Felipe Fierro y yo, acudimos a la casa del señor Hernández, nos volvimos sus alumnos y le ayudamos en dos pequeños periódicos que tenía, uno se llamaba Rarámuri, y el otro El Debate.

Decían que erán periódicos católicos, porque salían cuando Dios quería, mientras que él seguía siendo reportero del periódico Norte, reconozco que tuvo paciencia, no tenía obligación formal y realmente nos iba guiando.

Colaboramos en sus periódicos, pero nos compartía sus conocimientos, nos enseñó a hacer entrevistas, nos corregía, él empezaba, nos daba clases y decía, “ahora toca gotitas de lógica, ¿a ver, qué es la verdad, y que esto, y lo otro o aquello?”.

Entonces con cosas de Lógica o de Filosofía, empecé a tener contactos diferentes, que Aristóteles, que Sócrates, y se fue abriendo otro panorama, ahí empezamos los tres…

Conocimos a un amigo de Napoleón que era de la Ciudad de México y animó mucho a Carlos Mario a que nos fuéramos a México para estudiar en  la UNAM, el Derecho y yo Filosofía.

Quemamos las naves y nos fuimos y claro que la vida en México para dos muchachos sin experiencia es muy difícil, estuvimos viviendo en una azotea, en un cuartito de servicio que rentamos con mucha discreción porque estaba prohibido,

No pudimos trabajar, fue difícil estudiar, Carlos Mario solamente entró a El Heraldo de México en el área de deportes, yo iba a entrar al Sol de México pero no pude, por lo que se volvió imposible sobrevivir.

Después de soportar con muchas carencias un buen tiempo, incluso días sin comer,  regresamos a Chihuahua a terminar nuestras carreras, nos metimos como locos a estudiar para recuperar un semestre, Felipe estaba en Derecho, él se quedó aquí en Chihuahua.

Para los siguientes meses me había enamorado de la Filosofía porque me tocaron grandes maestros como Federico Ferro Gay, que era una institución en Filosofía y yo había empezado a conocer muchos filósofos, San Agustín, que me metí mucho en su obra porque me fascinaba.

Estaba en eso cuando el licenciado Francisco Flores, Director de la Escuela, me dijo que de El Heraldo estaban buscando a una persona que quisiera trabajar.

Me presenté en el periódico con Raúl Ramírez que era el Gerente, y Don Guillermo Asúnsolo el Director, y me indicaron que querían actualizar la redacción incorporando gente joven.

Pensé que me invitarían como reportero, pero no, me explicaron que querían que fuera el jefe de información, me asusté, y les dije de principio que mejor no, me volvieron a insistir en que si me interesaba ser el jefe de información, ¿sí o no?

Me aclararon que de aceptar me iban a enviar a México a un curso de Capacitación en El Sol de México y dije que estaba bien, me contrataron y que diferencia, viaje en avión, un curso con periodistas muy capaces,  ya no más un cuarto de azotea, sino un hotel con todo pagado.

Mientras aquí en Chihuahua, en El Heraldo, se soltó el rumor de que venía un jefe de información nuevo, que seguramente sería un chilango porque venía del centro del país, estaban don Fidel Cruz Solís, Octavio Sandoval, Poncho Aldape, Andrés Páez, Martha Margarita Rojano, Óscar Calderón, Óscar W. Ching Vega y muchos más.

El problema era que ninguno de ellos aceptaba ser el jefe de información, para no perder sus fuentes, para ellos tenerlas era la parte más codiciada y se sentían dueños de ellas y por eso rechazaron el puesto que me ofrecieron.

La lógica del periódico había sido contratar a alguien de fuera por lo que cuando llegué, se quedaron mudos y sorprendidos, era un muchacho de 21 años, todos o la mayoría podían ser mis papás y ahí es cuando Jesús Berumen dijo, ¡Haaa mire, yo lo conozco, usted es mi amigo!, ¿no se acuerda de mí?

Le respondí que sí me acordaba, que él me había dicho que el periodismo no era para un universitario, y precisamente la idea era empezar a renovar la plantilla de reporteros poco a poco con gente más joven.

Como en todo empecé a trabajar con los viejos reporteros con muchas dificultades porque se resistían, primero a que su jefe fuera mucho menor, que fuera universitario y a que yo hiciera rotación de fuentes, cambios sin previo aviso.

Estaba la situación de que había un sindicato fuerte e influyente, pero luego entró Carlos Mario Armendáriz, entró Felipe Fierro, entró Jaime Pérez Mendoza y ahí es cuando se marcó la nueva generación y rompemos al periodismo hasta ese tiempo tradicional en Chihuahua.

Estoy hablando de los años setentas y lógicamente nos tocó ser el relevo de esa generación, pero también fue una generación ya universitaria.

Paralelo al trabajo en el Heraldo, empecé a dar clases en la Universidad Autónoma de Chihuahua en la escuela de Enfermería, porque cuando a Pancho Flores lo nombraron Director de Filosofía, nos pidió a Eduardo Fernández y a mí, que lo apoyarámos dando clases ahí.

Pudimos dar clases porque Enfermería estaba a nivel técnico y comencé impartiendo la materia de metodología de la investigación y didáctica moderna y a partir de ese momento salió mi primer recibo, mi cuota a Pensiones y la aportación sindical.

Con el paso de los años me fui encaminando a entrar a mi Facultad, quería impartir clases en Filosofía y Letras, lo que logré muchos años después, justamente cuando comenzó la carrera de Ciencias de la Información.

Después empecé a investigar dentro del periodismo, hasta que en 1987 edité mi primer libro, que se llama Chihuahua, Trampa del Sistema, y Patricio Martínez que sólo era empresario, escribió el prólogo que es totalmente distinto a lo que después fue el ahora exgobernador de Chihuahua.

Ya no sólo fue investigar y publicar en el periódico, sino también ir creando archivos, me llamó mucho la atención la figura del padre Maldonado y empecé no solamente a conocer la historia del religioso sino la intención de recrear la época.

A la fecha tengo 17 libros publicados, es una actividad que me apasiona, el último fue presentado por la gobernadora Maru Campos, y que puse como título: La Censura Horizontal, (El Nuevo Tribunal Digital).

¿Buscaría la Dirección de Filosofía?

Soy egresado de Filosofía y si existen las condiciones y posibilidades de participar en la elección de director de Filosofía y Letras, sería un honor…

¿En dónde ha trabajado?

Empecé en El Heraldo en 1977, como jefe de información, cerca de 1980 se empezó a gestar la creación del priodico Novedades de Chihuahua, avalado por un grupo de empresarios encabezados por Don Eloy Vallina, Federico Terrazas, Leopoldo Mares y Jaime Creel, asociados con Rómulo O´Farril.

En ese entonces Patricio Martínez me comentó de la fundación del medio y me preguntó si me interesaría integrarme al proyecto, le respondí que me llamaba la atención la figura de José Fuentes Mares y me dijo que si quería él hablaba con él para que me fuera para allá.

Después me comentó que había interés en el escritor y que podía ir a entrevistarme para afinar el acuerdo, llegué y me dijo que le parecía bien que me integrara, que me subiría el sueldo y por mucho.

Tenía una columna política que se llamaba, Aquí Chihuahua en El Heraldo, la cual firmaba, Por H.O.R.O., y la cual ya me la habían limitado por una crítica que no le gustó a Don Guillermo Asúnsolo.

Fuentes Mares me pidió que me llevara la columna a Novedades y me la pagó aparte, y en lugar de Aquí Chihuahua le pusimos Hoy Chihuahua y salió igual en la portada, entonces era casi el doble del sueldo y la experiencia de entrar a un periódico sumamente moderno, era el diario mexicano que estuvo a la vanguardia en tecnología.

Quien hizo todo el armado del medio impreso fue el ingeniero Benjamín Templeton quien fue enviado a capacitación a Carolina del Norte y ya aquí fue auxiliado por técnicos que vinieron de Costa Rica.

Era una pecera, todo de vidrio y el aire frío, refrigerante, para la conservación de las computadoras, ese clima que enfermó a mucha gente, como a Jaime Pérez Mendoza, a quien posiblemente una especie de pulmonía, pudiera haberle costado la vida con el paso de los años.

Nuevamente llegué como jefe de Información a Novedades y como al año y medio me corrieron, por el contenido de mi columna, lo cual me permitió volver a El Heraldo, permanecí por un año aproximadamente.

Durante el Gobierno del licenciado Óscar Ornelas Küchle, casi a finales, estuve como Subdirector de Prensa y Difusión con Carlos Gallegos de titular, pero no me gustó estar del otro lado del escritorio y renuncié.

El Director de Norte de Chihuahua, Juan Antonio Rodríguez, me pidió que me sumara como Subdirector, estuve colaborando hasta que me volvieron a hablar de Novedades de Chihuahua para ser Director Editorial, a pesar de que me habían corrido.

Recuerdo que durante la entrevista les recordé que ellos me habían corrido, y hasta que fuí director, entendí todos los conflictos de los columnistas, lo meten a uno en muchas broncas.

La primera que tuve problemas en El Heraldo con don Guillermo Asúnsolo, fue que hice un juego de palabras cuando cambiaron a Everardo Espino del Banrural lo pasaron a la Comisión Nacional Azucarera, entonces yo le puse, “para pasar el trago amargo, lo pasaron a la Comisión Azucarera”, y no les gustó., dijo, Espino es muy amigo de Mario Vázquez Raña…

Luego en Novedades con Fuentes Mares, saqué información contra Don Jorge Navarro, también en Banrural, y el escritor me preguntó, ¿y esto qué es?, le respondí una columna muy buena, me respondió, pues te vás, y le dije, ¿por qué, si todo es cierto?, y respondió, “por eso, porque todo es cierto, ¿qué no sabes que Navarro es accionista de Multibanco COMERMEX, que es el dueño del periódico?, no pues no sabía…

¿Hubo años difíciles?

Nunca me quedé sin trabajo porque jamás dejé de dar clases en la UACH, pero en 1993 cuando se acabó el gobierno de Fernando Baeza, deje mi cargo de asesor y permanecí varios meses en la banca.

En ese entonces nos juntábamos a tomar café, Ricardo Luján, Beto Alvarado Gates, José Luis García y yo.

¿Son su equipo?

Más que equipo, no se si las circunstancias nos juntaban, pero más que un grupo de trabajo éramos amigos, porque no había un plan de, ¡vamos a hacer esto o lo otro!, insisto era más amistad, porque no se medían ni siquiera las capacidades.

En ese año nos pusimos a hacer una revista, que se llamaba, La Revista, para sobrevivir con un concepto de avanzada, la imprimimos en El Paso.

¿Cuándo empezó en la dirección en El Heraldo?

En 1994 hubo una crisis en este medio, estando como Director Alejandro Irigoyen, y Mario Vázquez Raña sabía el crecimiento que estaba teniendo El Diario, entonces buscó a un director que se involucrara más de lleno en la redacción.

Me buscaron y me citaron en México, tenían mi curriculum y me dijeron que sí me interesaba la Dirección de El Heraldo, acepté de inmediato pero era algo que ni me lo imaginaba.

De manera sorpresiva para mí y para mucha gente me contrataron del primero de enero de 1994, hasta el 2019, estuve al frente del periódico más influyente de la entidad, fueron 25 años, he sido el director más longevo.

¿Se sintió agraviado por Javier Corral?

Pues no yo creo que la situación que hubo con el exgobernador fue un tema de conflicto político, no conmigo, porque yo tuve buena relación con Javier Corral desde que fue presidente del PAN estatal, convivimos mucho, siendo gobernador y yo director de El Heraldo, hubo mucha relación y nos reuníamos, hasta que pasaron cuatro años y fue cuando empezó con lo del tema electoral.

Visualizó en la búsqueda de candidato, que fuera Gustavo Madero y ahí empezó un conflicto al buscar cómo justificar que la entonces candidata, (Maru Campos), y Cruz Pérez Cuellar, llegaran a la gubernatura.

Si nada más hubiera actuado en contra de ellos, se podía interpretar mal y por eso decidió ver a otros actores y fue cuando me incorporaron a mí de una manera indebida, porque mi situación fue la siguiente:

El gobierno de César Duarte, efectivamente le dió una millonada de publicidad a El Heraldo, estoy hablando de 100 millones de pesos anuales durante 5 años, o sea más o menos 500 millones de pesos y a mí me encargaron, el propio Vázquez Raña, que estuviera pendiente como director, de ese convenio.

Algunos dueños de medios usaron mucho el esquema de que por ejemplo, para compensar a los directores, para que estuvieran pendientes de los convenios de publicidad política y de tipo comercial les decían, si era el periódico más o menos chico, tu director, te llevas el 1.5 por ciento de comisión del total del ingreso por publicidad…

En el caso de El Heraldo, de que me dieran ese total del porcentaje del ingreso de publicidad, no pues olvídense, era la gallina de los huevos de oro, entonces Vázquez Raña, me dijo, tu te vas a encargar de que este convenio se cumpla y yo te voy a compensar como director, eso fue, pero aparte en el Gobierno se supo eso, no fue nada secreto, y sin embargo cuando empezó todo ese proceso, El Fiscal, (César Peniche), dijo yo lo entiendo, pero es una instrucción, ¿pero por qué si lo sabes?, le cuestioné, y me respondió, para que sea algo parejo.

Es decir, fue para validar todo los que querían hacer después con Maru y con Cruz Pérez Cuellar, y todavía me dijo el Fiscal, oye ya sé, no tienes un documento por escrito que esté firmado por Vázquez Raña, no, le dije, esas cosas no se firman.

*Ese fue el problema, entonces, yo siento que ahí me tocó que me llevaran entre las patas de los caballos, pero no me siento mal, no actué de una manera indebida, actué porque el dueño del medio es el que fija esas políticas, el tenía un acuerdo, en los periódicos así es, el dueño dice, por aquí se va y punto no se discute.

Me dijeron en el Gobierno del Estado, ¿colaboras?, les contesté, si colaboro, les hablé de todo eso, no hubo ningún secreto, pero era el afán de querer generalizar para justificar una persecución política que querían hacer muy precisa contra de los dos actores políticos ya mencionados.

¿Cree que hubo excesos de Javier Corral?

Yo siento que al final de cuentas, a mí en lo personal Javier Corral en su actuar como político, como panista, cayó en la tentación del poder de muchos políticos, que cuando detentan el poder quieren imponer a su sucesor, pero las encuestas políticas decían otra cosa a favor de la gobernadora.

A veces como que se quiere torcer la realidad y eso no sólo le pasó a Javier Corral, les ha pasado a todos los gobernadores, Pancho Barrio quiso dejar a Lalo Romero, Patricio quiso dejar a Víctor Anchondo, Reyes Baeza a Alejandro Cano, Duarte a Serrano y Corral a Gustavo Madero.

Al final de cuentas la vida es como la rueda de la fortuna, a veces toca estar arriba y otras abajo y ellos ya estuvieron arriba, ahora posiblemente les toque estar abajo.

¿De qué trata su último libro?

Me ha interesado mucho desde hace tiempo, empecé en El Heraldo y ahora lo continuo en El Diario, escribiendo sobre todo a nivel de reflexión del uso de las redes sociales, y aclaro, que no estoy cargado hacia la tecnofobia ni a la tecnofilia.

Todo en su exacta dimensión, ha habido un exceso, un mal uso de las redes, eso me queda muy claro, las redes sociales son un gran progreso que todos tenemos, para nuestro beneficio, sin embargo también hay mal uso por falta de regulación.

Para entrar a Internet no se requiere absolutamente nada, es prácticamente gratuito las aplicaciones de redes sociales también y siento que ahí está la trampa.

El esquema de que se permite ser anónimo, también es otro gran problema que se presta para malos usos, así como ha sido un facilitador de muchas cosas, también se usa para hacer fraudes, tráfico de niños, para pornografía, prostitución, etcétera.

El Internet no es malo ni las plataformas, son herramientas tecnológicas, nosotros los seres humanos somos los que les damos el buen uso o el malo, siento que ahí el problema moral o ético está en nosotros.

Cuando abrimos Facebook y subo todos mis datos, yo mismo estoy exhibiendo mi vida privada al público y después me voy a asustar cuando me empiecen a llegar las consecuencias de haber dado toda la información.

¿Qué opina de Maru?

Veo que la gobernadora es una mujer muy inteligente, muy valiente, sobre todo por la situación tan especial que le tocó vivir, como mujer creo que fue sumamente maltratada, herida, pero lo admirable es que nunca se dobló.

Se creció al castigo y eso habla de un carácter férreo que tiene muy claro que quiere hacer, cuál es su objetivo, yo me acuerdo hace muchos años cuando platicaba, “cuando sea alcaldesa”, siempre con una certeza.

Después, “cuando sea gobernadora”, con una naturalidad, eso  habla de que ella lo tenía perfectamente definido y sobre todo el carácter, el temple, mucha gente pensó, no va a llegar, siento que es un gran activo político que tiene porque dedica las 24 horas al trabajo político…

 


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