Profeco publica el proceso de una sopa instantánea: no es saludable

Un vaso de sopa instantánea de 100 gramos puede aportar entre 29 y 230 kilocalorías, según la Profeco, además es un producto con alto contenido de sodio. Agregan en la revista que ciertos estudios afirman que intervienen en la parte del cerebro que regula la saciedad, y provoca más hambre, lo que contribuye a la obesidad y aumenta la toxicidad a nivel neuronal y hepático.

Aquí los pasos:

El primer paso para fabricar una sopa instantánea es seleccionar las materias primas: harina de trigo o maíz, salsa de soya, sal, aceite refinado, vegetales deshidratados, glutamato monosódico, azúcar, especias, aceite vegetal y extracto de pimienta roja, para después mezclarlos de forma seca y terminar la mezcla con agua para formar una masa.

Ya hecha la masa se conduce a unos rodillos donde se divide en dos para volver a incorporar en una pieza. El siguiente paso es presionar con múltiples rodillos para adelgazarla y formar láminas delegadas de masa para que esta se corte en fideos.

Los fideos se cuecen al vapor a 100 grados centígrados por cinco minutos (este proceso es clave para que se vuelva digerible) para ser llevados al baño de inmersión donde los sumergen en condimentos. Ahora sigue cortarlos y ponerlos en un molde de vaso o cuadrado y después deben de ser deshidratados y enfriados para después sellarse y venderse.

Un vaso de sopa instantánea de 100 gramos puede aportar entre 29 y 230 kilocalorías, según la Profeco, además es un producto con alto contenido de sodio. Agregan en la revista que ciertos estudios afirman que intervienen en la parte del cerebro que regula la saciedad, y provoca más hambre, contribuyendo a la obesidad, además aumenta la toxicidad a nivel neuronal y hepático.

Por último, la revista advierte que la cantidad recomendada diaria de sal es de 5 gramos y que estas sopas no nutren y el saber que aportan no es base de vegetables o carne, sino saborizantes artificiales que no son buenos para el organismo.